Normas y soluciones de alojamientos de emergencia

Última actualización: 30 Enero 2024

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Puntos clave

Asegúrese de que se respeten los estándares mínimos relativos al espacio habitable cubierto por persona.
Las soluciones de alojamiento deben adaptarse al contexto geográfico, al clima, a las prácticas y hábitos culturales, y a la disponibilidad local de capacidades y accesibilidad de materiales de construcción adecuados en un contexto determinado.
Tenga en cuenta la vida útil de los materiales con los que se construyan los alojamientos, ya que se deterioran con el tiempo. Además de la distribución inicial, pueden ser necesarias tareas de instalación o construcción, reemplazo, refuerzo o mantenimiento.
Siempre debe darse preferencia a los alojamientos individuales para familias frente a los comunales, ya que el primer tipo proporciona la privacidad, el confort psicológico y la seguridad emocional necesarios. Siempre que sea posible, se debe empoderar a las personas desplazadas para que elijan dónde vivir y construyan su propio alojamiento, pues ello fomenta un sentimiento de apropiación y autonomía.

Líneas generales

Esta sección proporciona orientaciones sobre el abanico de soluciones de alojamiento de emergencia y las normas que se deben cumplir a la hora de proporcionar alojamiento de emergencia.

La mejor forma de satisfacer las necesidades de alojamiento de emergencia es utilizando materiales que estén disponibles de forma local, cuyos modos de adquisición y construcción sean sostenibles. Únicamente si no es posible obtener con rapidez cantidades adecuadas en el mercado local se deberá importar material procedente del exterior para la construcción de alojamientos de emergencia en el país. Son preferibles las estructuras y métodos de construcción más sencillos, siempre que proporcionen suficiente protección y seguridad de las condiciones climáticas. En la medida de lo posible, los materiales deben ser respetuosos con el medio ambiente y obtenerse a través de métodos sostenibles, especialmente madera, arena, etc. No obstante, el revestimiento de plástico se ha convertido en el componente más importante con el que se construyen los alojamientos en muchas operaciones de respuesta, por lo general en combinación con materiales rígidos, ya que ofrecen flexibilidad y se pueden utilizar de formas diversas, tanto en entornos urbanos como rurales.

Relevancia para operaciones de emergencia

Un alojamiento no es solo ladrillos y cemento, o una tienda, sino un medio para proteger a personas desarraigadas. En emergencias, es fundamental facilitar alojamiento como parte de las responsabilidades y el mandato de salvar vidas de los actores humanitarios, para que las personas en situación de desplazamiento forzado puedan desenvolverse en un entorno de vida seguro y saludable que las proteja de las condiciones climáticas y que les ofrezca privacidad, dignidad, comodidad y seguridad emocional.

Guía principal

Cada tipo de alojamiento de emergencia puede presentar ventajas y desventajas según el contexto en el que se utilice. Tenga en cuenta los siguientes aspectos cuando tenga que adoptar una decisión sobre el alojamiento de emergencia o sobre una combinación de tipos de alojamiento en una respuesta determinada.

Solución de alojamiento	Ventajas	Desventajas
Tiendas de campaña familiares	Útiles en la fase de socorro inmediata, ligeras (para su transporte y distribución), diseño de utilidad comprobada, se pueden preparar para el invierno, tienen amplias capacidades de producción, se instalan rápido.	Son inflexibles, pueden ser inestables ante vientos o nevadas fuertes, difíciles de calefaccionar. Cuando se utilicen tiendas de campaña durante periodos prolongados, debe preverse el suministro de materiales para su reparación.
Revestimiento de plástico	Es el componente más importante con el que se construyen los alojamientos en muchas operaciones, resistente a la radiación ultravioleta, reforzado, ligero, flexible, amplias capacidades de producción, producto reconocido, en muchos contextos ya se conoce su uso, bajo costo.	No ofrece gran resistencia ante vientos o lluvias fuertes, tiene un impacto medioambiental negativo si no se desecha adecuadamente. Se necesitan materiales adicionales para construir un alojamiento, como madera: recoger madera para las estructuras o marcos de soporte de los alojamientos puede provocar un daño considerable al medio ambiente si se recurre para ello a los bosques aledaños. Por ello, es importante suministrar siempre material estructural sostenible que sea adecuado para soportar el plástico.
Materiales y herramientas de construcción (kits de alojamiento).	Si están disponibles, lo ideal es emplear materiales locales adecuados; estos deben ser apropiados para los cambios de estaciones, la cultura y las normas sociales y familiares.	Se requiere tiempo y formación.
Contenedores o estructuras de alojamiento prefabricadas	Estructuras permanentes o semipermanentes, perdurables si se las adapta para las condiciones climáticas locales.	Alto costo por unidad, más tiempo de envío, más tiempo de producción, dificultades para el transporte, dificultades para el armado, inflexibilidad para su adaptación, no se tienen en cuenta las normas sociales y culturales.
Unidades de vivienda para refugiados	Duraderas y resistentes al clima, ligeras y portátiles, diseño modular.	Alto costo por unidad en comparación con las soluciones locales, pueden no ajustarse a las preferencias y sensibilidades culturales, aislamiento térmico limitado.
Subsidios de alquiler o intervenciones en efectivo	Mayor sensación de independencia y libertad de elegir, mayor integración en la comunidad, ingreso de fondos para la comunidad de acogida.	La competitividad del mercado puede conllevar un aumento de precios, puede haber inflación y especulación, es difícil implementar estas soluciones en lugares donde no hay instituciones financieras o donde no es posible hacer transferencias monetarias, puede ser necesario hacer mejoras o reparaciones.
Reacondicionamiento o modernización del alojamiento	Apunta a soluciones más duraderas, más adaptado a climas fríos o contextos más desarrollados.	Más costoso; lleva más tiempo; se deben garantizar los derechos de vivienda, tierras y propiedad; se deben respetar los planes, las normativas y los códigos de edificación locales.

Para centros de tránsito y colectivos, consulte las entradas pertinentes. Para el reacondicionamiento o modernización de alojamientos y soluciones a más largo plazo, consulte la entrada de orientaciones sobre alojamientos.

Consideraciones sobre el alojamiento de emergencia en climas cálidos

Los estándares mínimos respecto de la superficie cubierta en climas cálidos son los siguientes:

En climas tropicales o cálidos, el espacio habitable cubierto debe ser de al menos 3,5 m² por persona, excluida la cocina.
La altura mínima al punto más bajo debe ser de 2 m. Se recomienda una altura mayor para que haya más circulación de aire y ventilación.
Se prevé que en climas cálidos, según los hábitos culturales, ciertas actividades sucedan en el exterior (p. ej., cocinar), por lo tanto no se tiene en cuenta el espacio para la cocina en los estándares indicados. Si es posible, se puede disponer un espacio externo a la sombra junto al alojamiento para estas actividades.

El diseño del alojamiento, de ser posible, debería permitir que quienes lo habiten puedan modificarlo en función de sus necesidades individuales (p. ej., paredes divisorias para mayor privacidad), e incluso que puedan ampliarlo en el futuro.

En contextos más desarrollados, o cuando las personas en situación de desplazamiento forzado tengan acceso a oportunidades de ingreso, debe preverse un espacio mayor para las pertenencias adicionales (como lavadoras o refrigeradores) o para los emprendimientos desde el hogar (sastrería, peluquería, etc.). Se deben tener consideraciones similares respecto del espacio adicional cuando se proporcionen instalaciones de agua, saneamiento e higiene (WASH), es decir, baños y retretes, a nivel familiar. Para esto, procure una coordinación estrecha con actores del sector de WASH. Consulte la entrada sobre WASH para más detalles.

Consideraciones sobre el alojamiento de emergencia en climas fríos

En climas fríos caracterizados por vientos, lluvias y nieve por periodos prolongados (de tres a cinco meses), las normas mínimas para el espacio cubierto son los siguientes:

Superficie habitable mínima en interiores de 4,5 a 5,5 m² por persona.
Techos de 2 m como máximo para reducir el espacio calefaccionado.

En estaciones o climas fríos, se pasará más tiempo dentro del alojamiento (cocinando, comiendo, estudiando), por lo que se necesitará más espacio para almacenar pertenencias (como ropa abrigada, cobijas, etc.). En particular, las personas con necesidades específicas requerirán espacios cerrados dotados de calefacción.

Al igual que con los climas cálidos, el diseño del alojamiento, de ser posible, debería permitir que quienes lo habiten puedan modificarlo en función de sus necesidades individuales (p. ej., paredes divisorias para mayor privacidad), incluso que puedan ampliarlo en el futuro.

En contextos más desarrollados, o cuando las personas en situación de desplazamiento forzado tengan acceso a oportunidades de ingreso, debe preverse un espacio mayor para las pertenencias adicionales (como lavadoras o refrigeradores) o para los emprendimientos desde el hogar (sastrería, peluquería, etc.). Se deben tener consideraciones similares respecto del espacio adicional cuando se proporcionen instalaciones de WASH, es decir, baños y retretes, a nivel familiar. Para esto, procure una coordinación estrecha con actores del sector de WASH. Consulte la entrada sobre WASH para más detalles.

En climas fríos, los alojamientos deben poder soportar el peso de la nieve y la fuerza del viento, por lo que son más complejos y costosos. En consecuencia, se deben tener en cuenta las condiciones locales en las normas que rigen para los alojamientos en esas situaciones. Se deben considerar los elementos siguientes:

Estabilidad estructural (para soportar cargas de nieve y rachas de viento) Aislamiento de paredes, techos, suelos, puertas y ventanas
Cocinas e instalaciones sanitarias protegidas y dotadas de calefacción Instalación de calefacción

Para ayudar a la población a sobrevivir al clima frío durante una emergencia, la respuesta debería centrarse en los aspectos que se describen a continuación:

Supervivencia individual. Es crucial proteger el cuerpo humano frente a la pérdida de calor. Es importante que las personas sean capaces de mantener la temperatura, sobre todo durante la noche, conservando el calor corporal con cobijas, sacos de dormir, ropa y calzado. Se puede generar calor proporcionando alimentos de alto valor calórico.

Espacio habitable. Es muy importarse centrar la atención en un espacio habitable limitado y garantizar que el aire frío se pueda mantener fuera de ese espacio. Esto se puede conseguir sellando el espacio con revestimiento plástico, cintas de sellado y material aislante. Las puertas y ventanas deben cubrirse con revestimiento plástico translúcido y grapado a sus marcos. Las paredes, los techos y los suelos del espacio habitable deben establecerse de manera que aíslen del aire frío y conserven el calor de la forma más eficiente posible.

Calefacción. La capacidad para mantener una temperatura confortable (de 15 °C a 19 ºC) en el interior de un alojamiento depende en gran medida de la temperatura exterior, el tipo de construcción, la calidad del aislamiento, la orientación de la construcción, y el tipo y capacidad del sistema de calefacción utilizado. Dependiendo de las condiciones, una estufa de calefacción con un rendimiento de 5 a 7 kW debería poder calentar un espacio con una superficie de entre 40 y 70 m² en la mayoría de las zonas frías. Cuando el sistema de calefacción también se utiliza para cocinar, se debe prestar especial atención a su estabilidad y al uso de una fuente de energía limpia. También se deben tener en cuenta los riesgos de incendio.

Fase posterior a la emergencia

Las normas del Manual Esfera (2018) siguen siento las normas mínimas cuantificables de reconocimiento internacional para las respuestas humanitarias. No obstante, cabe mencionar que son normas mínimas y que es clave considerar las siguientes etapas del proceso de alojamiento cuanto antes durante la respuesta de emergencia. En situaciones prolongadas, se debe tratar de adoptar un enfoque capaz de superar la división entre alojamiento de emergencia, transitorio y permanente, y que vincule el alojamiento con la rehabilitación y el desarrollo.

Las normas que deberán aplicarse a los alojamientos transitorios y permanentes dependerán del contexto, y los socios que colaboren en la construcción de los alojamientos las definirán en estrecha coordinación con las autoridades gubernamentales y los socios para el desarrollo.

Lista de Verificación

Evaluar el contexto geográfico, el clima, las preferencias culturales y los recursos locales.

Facilitar una superficie cubierta de 3,5 m2 por persona en climas cálidos, y de 4,5 a 5,5 m2 por persona en climas fríos.

En climas áridos que experimenten estaciones frías y cálidas, adoptar la norma de espacio habitable cubierto mínimo en función de lo que sea más seguro (es decir, tomar como base la norma para climas fríos).

Procurar una estabilidad estructural y prever modificaciones por parte de los ocupantes (p. ej., espacio adicional, paredes divisorias, etc.).

Aplicar las normas del Manual Esfera como estándares mínimos.

Adaptar las soluciones de alojamiento según los factores locales. Formular normas adaptadas al contexto local, especialmente en contextos más desarrollados.

Colaborar con los socios que trabajen en la construcción de los alojamientos, con el gobierno y con los socios para el desarrollo.

Planificar soluciones duraderas que se extiendan más allá de la fase de emergencia.